El embarazo: ¿Por qué fumar y beber es peligroso?
- Redacción
- 21 mar 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 5 jun 2018
El alcohol y el tabaco son sustancias tóxicas que deben evitarse durante los nueve meses del embarazo. Con solo disminuir el consumo no es suficiente, ya que pueden provocar complicaciones en la gestación y malformaciones en el feto.

Los médicos aconsejan que durante el embarazo no se consuma ni alcohol ni tabaco. Aun así, un gran porcentaje de mujeres continua haciéndolo, sin saber que con tan solo reducir el consumo los problemas se pueden producir igual.
¿Por qué es perjudicial el tabaco?
El consumo de tabaco en el embarazo se asocia a problemas de fertilidad y complicaciones durante la gestación, además de afectaciones al crecimiento del bebé. El tabaco puede provocar un parto prematuro, se calcula que un 15% de los partos prematuros vienen causados por el consumo de cigarrillos durante el embarazo.
El crecimiento del bebé se puede ver gravemente afectado por el tabaco, según estudios, un cigarrillo disminuye el aporte sanguíneo a través de la placenta durante 15 minutos. Es decir, se reduce el oxigeno que recibe el feto y por lo tanto, cuanto más fume la madre, menos crece el bebé. Los hijos de las mujeres fumadoras pesan de media 200 gramos menos de lo habitual. No consumir cigarrillos en el embarazo también ayuda a evitar malformaciones cardíacas y otras como el labio leporino.
Por otro lado, este tipo de sustancias no solo afectan al embarazo en si, sino que el periodo de lactancia también se puede ver afectado. El tabaco provoca retrasos en el inicio y una menor duración del amamantamiento. Por lo tanto, el único beneficio para el bebé es dejar de fumar.
¿Por qué no se puede consumir alcohol?
Igual que el tabaco, el alcohol también provoca lesiones en el feto y puede generar complicaciones a lo largo del embarazo. Es importante saber que el consumo de este tipo de sustancias está totalmente desaconsejable, independientemente de la graduación de la bebida. El alcohol atraviesa la barrera de la placenta y llega al feto, hecho que puede ocasionar graves lesiones y malformaciones. Además, el consumo de estas bebidas puede provocar el Síndrome de alcoholismo fetal; problemas físicos, mentales y de crecimiento en el bebé.
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